La NASA busca nuevas formas de poder continuar con la exploración del universo y el análisis de las estrellas. Y, en la actualidad, tienen entre manos un nuevo plan que les permitirá llevar su trabajo mucho más lejos. Pero quizá el proyecto suene un poco rocambolesco, dado que están pensando en lanzar una estrella artificial y dejarla en el espacio.
El estudio de las estrellas se ha encontrado, a lo largo de los años, con algunas limitaciones. Y lo que necesitan los científicos de la NASA son nuevos métodos y formas de conseguir datos que, hasta ahora, nunca han obtenido. Además, también quieren perfeccionar los métodos de medición que tienen actualmente para saber el tamaño de las estrellas. Enviar una estrella falsa al cosmos podría ser la forma con la que solucionar todos estos problemas.
La primera estrella artificial
Según lo estipulado en el proyecto Landolt, la estrella tendrá el tamaño de una tostadora y estará equipada con un sistema de ocho láseres. La inversión necesaria para poder llevar a cabo este ambicioso plan alcanza casi los 20 millones de dólares, pero si se materializa con éxito podría llegar a cambiar muchas cosas para la forma en la que se analiza el espacio.
La forma en la que quieren aprovechar esta estrella falsa es muy inteligente. Su sistema de láseres apuntará a distintas direcciones, pero sobre todo lo hará poniendo rumbo hacia la Tierra. Lo que quieren los científicos es comprobar, consiguiendo que esta estrella artificial imite a las estrellas reales, la forma en la que llega su información. A partir de ahí, teniendo en cuenta que se conocen las medidas reales de la estrella artificial y su capacidad de brillo, los científicos podrán cruzar los datos para tener más fiabilidad en las dimensiones de las estrellas que se estén estudiando. Eso proporcionará un punto de apoyo inexistente hasta el momento y que podría ser crucial para obtener unos análisis más convenientes de los distintos astros que hay en el espacio.
¿Qué más facilitará esta estrella?
Los datos que transmitirá servirán de muchas otras maneras. Dicen desde la NASA que su uso también permitirá analizar y estudiar mejor los planetas que están en contacto con estas estrellas. Además, hay un proyecto adicional vinculado a la construcción de la estrella que estará relacionado con la energía oscura. Así, según se dice, es posible que esta estrella artificial sea una manera con la que llegar a estudiar esta forma de energía sobre la cual todavía existen cientos de dudas. Hoy por hoy, no deja de ser una energía cuya existencia es hipotética y que se cree que, eso sí, sería lo que explicaría la forma en la que el universo no deja de expandirse.
Pero, por lo pronto, lo primero será analizar el brillo de las estrellas en comparación al del proyecto Landolt. Eso proporcionará una información valiosa que permitirá crear nuevos catálogos de estrellas mucho más profundos y con datos corroborados de una manera científica adicional. Si todo va bien, esto ocurrirá en 2029, año en el que está previsto que se lance la estrella artificial para que orbite nuestro planeta y que se quede en un punto preciso.
Los datos que se obtengan no se limitan a lo ya mencionado, sino que uno de los responsables del proyecto menciona que serían una forma de poder saber si otros planetas o astros del firmamento podrían llegar a tener océanos y vida. El nombre del proyecto es un homenaje al célebre Alro Landolt, que falleció en 2022 y es conocido por haber creado algunos de los más importantes catálogos de estrellas de la historia.
Dicen los miembros del proyecto Landolt que, aunque no podremos ver la estrella artificial simplemente mirando al cielo, sí que será posible con un telescopio. Así que, en el futuro, habrá un nuevo punto al que mirar y pensar que, en esta ocasión, su existencia es fácil de explicar: la NASA la puso ahí.
Vía > Futurism